Otro punto de vista:
Con frecuencia, en nuestros ambientes se postula el NO-Teísmo como
alternativa al teísmo. Con un gran respeto a las razones a favor del NO-Teísmo,
aporto mi punto de vista. Tampoco me satisface el teísmo entendido como la
creencia en el Dios todopoderoso al que se invoca para que remedie nuestros
males. El Dios “tapaboquetes” del que habla Paul Tillich.
Y no solo del que se
habla en estas páginas sino de otros teísmos que aparecen en la filosofía y en
la teología.
Personalmente, postulo el panenteísmo, como más coherente con las ciencias de la naturaleza. Y de este tema se acaba de publicar un libro muy interesante:
Philip
Clayton y Arthur Peacocke (editores) En él vivimos, nos
movemos y existimos. Reflexiones panenteístas sobre la presencia de Dios en el
mundo tal como lo describe la ciencia. Sal Terrae, Santander, 2021, Universidad P
Comillas Colección Ciencia y Religión,
número 27, 332 páginas. ISBN: 978-84-293-3033-5. (Traducción del original en inglés de
2004 por José Manuel Lozano-Gotor), 332 páginas. ISBN:
978-84-293-3033-5.
Entre los días 6 y 8 de diciembre del año 2001 se
reunieron en el recinto del castillo de Windsor un nutrido grupo
interdisciplinar de expertos para celebrar un simposio auspiciado por la
Fundación John Templeton cómo explicar la acción de Dios en el mundo. El
presente volumen traducido del inglés, se organiza en 19 capítulos
correspondientes a las intervenciones de todos los participantes en el
simposio, así como por el doctor en Teología Michael W. Brierley, que realizó
su tesis doctoral sobre el panenteísmo a quien se encomendó que aportara una
visión de conjunto.
La filosofía, la
ciencia y la teología panenteístas no están demasiado extendidas entre
nosotros. Y con frecuencia, mucha gente confunde panteísmo y panenteísmo. De un
modo muy simple se puede decir que para el panteísmo, TODAS las cosas son Dios;
mientras que el panenteísmo sostiene que Dios ESTÁ en todas las cosas, pero
estas no son Dios. Entre nosotros, el panenteísmo se ha divulgado en ciertos
ambientes gracias a las obras de Pierre Teilhard de Chardin que en esto
prolonga la espiritualidad de la Contemplación para Alcanzar Amor de los
Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
Para los lectores de “Atrio” puede resultar de interés
este comentario del libro centrado en el primer capítulo. Su autor es el doctor
Michael William Brierley y lo titula “Nombrar una
revolución silenciosa. El giro panenteísta de la teología moderna”. Este
capítulo es un extracto de la tesis doctoral que estoy redactando (en 2001) en
la Universidad de Birmingham.
Michael W. Brierley
(nacido en 1973), graduado en Teología e Historia en Oxford y Cambrige, se
doctoró en Teología en la Universidad de Birmingham en 2001 con una tesis sobre
el auge del panenteísmo en la teología británica del siglo XX. En la actualidad
es canónigo y maestro de ceremonias en la catedral de Worcester. Autor
del artículo “The Potential of Panentheism for
Dialogue Between Science and Religion”
en la Oxford Handbook of Religion and Science
(2009)
Para valorar la dimensión
filosófica de este volumen, hemos de
citar al filósofo, científico y teólogo Philip
Clayton que habla del “giro panenteísta” en la teología del siglo XX[1], pero
también sabe que el término mismo, si se quiere que sea considerado una parte
seria de la futura agenda teológica mundial, necesita ser mejor conocido, mejor
definido, mejor comprendido.
Ya
en la década de 1970[2],
Donald Neil, defendió una tesis doctoral sobre el panenteísmo en la que se
percató de que “ha llegado el momento de llevar a cabo un detallado estudio
histórico y analítico de la doctrina del panenteísmo”. La versión publicada de
su tesis, God in Everything 1984, [Dios
en todas las cosas], es el primer libro dedicado a esta palabra.
La palabra “panenteísmo” es menos
conocida que la palabra “panteísmo”. Esta fue propuesta por vez primera a
principios del siglo XVIII[3] y luego
adoptada por los tradicionalistas como insulto para toda insinuación de
alejamiento del teísmo clásico[4], en
especial cuando la inmanencia divina pasó a primer plano de la teología, desde
finales del siglo XIX hasta la conclusión de la Primera Guerra Mundial[5].
La palabra “panenteísmo”, como
atestiguan todos los artículos estándar de los diccionarios especializados[6] fue
acuñada por Karl Christian Friederich Krause (1781-1832)[7],
filósofo idealista alemán[8] y
coetáneo de Hegel[9].
Philip Clayton sugiere que los
teólogos idealistas de inicios del siglo XIX, como Krause, desarrollaron una
serie básica de intuiciones heredadas del siglo XVIII, y que tales intuiciones
derivaban de la idea de Nicolás de Cusa de que la creación acontecía “en” Dios[10], así
como de la sustitución por Descartes de la noción escolástica de infinitud por
otra más participativa.
La palabra alcanzó amplia difusión
en Estados Unidos a través de Charles Harsthorne, “el más destacado defensor
del panenteísmo en EEUU”, en especial a través de su compilación de textos
sobre Dios, Philosophers Speak of God de
1953[11]. Y fue
reintroducida en Gran Bretaña por John Robinson, cuyo libro Exploración en el interior de Dios (original
de 1967) desarrolla las sugerencias doctrinales de su controvertido superventas
Honest to God, Sincero para con Dios
(original de 1963). Y el principal exponente del panenteísmo en ese país,
aunque el término no le gusta, es John Macquarrie[12]. El
panenteísmo de Macquarrie deriva de la posición “existencia-ontológica” de la
primera edición de sus Principles of
Christian Theology, 1966, que a su vez es un desarrollo de su crítica
ontológica a los existencialistas Heidegger y Bultmann.
Teísmo clásico, panenteísmo y
panteísmo son reconocidos como los patrones básicos con cuya ayuda analizar la
doctrina sobre Dios.
En la actualidad, toda una pléyade
de teólogos se caracteriza a sí mismo como panenteísta. Algunos suscriben el
“teísmo del proceso”[13], un
subconjunto del panenteísmo: Hartshorne, Norman Pittenger, Charles Birch,
Schubert Ogden, John Cobb, James Will, Jim Garrison, David Pailin, Joseph
Bracken, David Griffin, Jay McDaniel, Daniel Dombrowski y Anna Case-Winters.
Otros que se identifican a sí
mismos como panenteístas son: Alan Anderson, Leonardo Boff, Marcus Borg, Philip
Clayton, Scott Cowdell, Denis Edwards, Paul Fiddes, Matthew Fox, Donald Gelpi,
Peter Hodgson, Christopher Knight, John Macquarrie (aunque no le gusta el
nombre), Paul Matthews, Sallie McFague, Jürgen Moltmann, Hugh Montefiore, Helen
Oppenheimer, Arthur Peacocke, Piet Schoonemberg, Claude Stewart y Kallistos
Ware.
Además, un grupo de pensadores y
teólogos han sido identificados por otros como panenteístas. Tales
son Nikolai Berdiaev, Peter Berger, James Bethune-Baker, Dietrich Bonhoffer,
Martin Buber, Sergei Bulgakov, Rudolf Bultmann, Martin Heidegger, Karl Heim,
William Hocking, Geddes MacGregor, Charles Pierce, Rosemary Radford Ruether,
Albert Schweitzer, Pierre Teilhard de Chardin[14],
Paul Tillich, Ernst Troeltsch, Alan Watts, Paul Weiss y Alfred Whitehead; los
idealistas británicos John y Edward Caird y Andrew Seth Pringle-Pattison; los
alemanes decimonónicos Schleiermacher, Fichte, Hegel, Schelling, Baur, Fechner
y Pfleiderer;
Así como los teólogos medievales Nicolás de Cusa y Maestro Eckhart. Las
místicas Matilde de Magdeburgo y Juliana de Norwich. E incluso Lutero.
Lo mismo podría afirmarse con buenas razones para otros muchos autores,
entre ellos R. J. Campbell, John Oman, John V. Taylor, y anglicanos liberales
clásicos como Peter Baelz, Geoffrey Lampe y Maurice Wiles.
Con en panenteísmo cabe asociar movimientos enteros, como el
neoplatonismo, el cristianismo ortodoxo, la mística, y el modernismo inglés. En
consecuencia, “panenteísmo” no puede ser descartado como un “término vago y en
cierto modo sospechoso”.
Sugerir que “todos somos panenteístas ahora” sería ir demasiado lejos.
Esto no es sostenible a la vista del neotomismo, del crédito que en la
actualidad se da al barthanismo que proponen, por ejemplo, Colin Gunton y John
Webster[15],
y de la posmoderna ortodoxia radical. Pero se considera que el panenteísmo es
una buena ayuda para el diálogo ciencia y religión. Para algunos es una
“revolución” en el planteamiento de la teología. Ha sido una revolución
tranquila porque ha sido defendida con otros nombres: “teísmo dialéctico”
(Macquarrie), “teísmo neoclásico” (Hartshorne), “teísmo naturalista” (Griffin)
o “teísmo del proceso”.
Bajo el título de “panenteísmo” se engloban muchas descripciones de la
relación entre Dios y el cosmos. Están, por ejemplo, el “panenteísmo patrístico”
de Ware, el “panenteísmo basado en la idea de campo” que propone el jesuita
Blacken, y la singularización de la conjungación de finitud e infinitud como lo
distintivo del panenteísmo que realiza Philip Clayton. Charles Hartshorne
concibe a Dios como “conciencia eterno-temporal que conoce e incluye el mundo”
(lo que resume en el acrónimo ETCKW, Eternal-Temporal
Conciousness, Knowing and Including the World). Y Daniel Nikkel ha
calificado a Paul Tillich de panenteísta, por el distintivo lenguaje de “ser”
que emplea el teólogo germano-norteamericano.
Pero a pesar de la aparente dispersión de concepciones,
es posible establecer un terreno común compartido por los diversos
panenteísmos, especialmente estudiado el vocabulario que utilizan un pequeño
grupo de teólogos (“panenteístas clave”) que se ocupan de esto: Philip Clayton[16],
David Ray Griffin, Charles Hartshorne[17],
John Macquarrie[18],
Jay B. McDaniel, David A. Pailin y Arthur Peacocke[19].
Para los estudiosos de la filosofía, los autores parten de la definición
clásica de “panenteísmo”, que es la que ofrece el Oxford Dictionary of the Christian Church: “La creencia
(convicción) de que el ser de Dios engloba e impregna la totalidad del
universo, de suerte que todas las partes de este existen en él”[20].
El experto, Michael W. Brierley, considera que esta es una definición “débil”
porque apenas va más allá de la definición literal de la palabra. La afirmación
de que Dios “engloba” el universo se limita a afirmar el significado literal,
“todo en Dios”, con Dios como sujeto, dejando la “impregnación” como la única
glosa de lo que de hecho podría significar la “inclusión” del universo o su
existencia “en” Dios.
La pregunta permanece, por tanto, abierta: ¿en qué
sentido existe el universo en Dios? Es posible que esta imprecisión en el
significado del sintagma: según Polkinghorne (2008) “todo en Dios”, sea
responsable de parte de las “tentadoras ambigüedades” que “parecen lastrar el
debate panenteísta”[21].
Cieertamente, la ambigüedad del “en” ha llevado a algunos
teólogos a distinguir entre diferentes tipos de panenteísmo[22].
Asi, por ejemplo, McDaniel distingue entre el panenteísmo “emanatista” y el
panenteísmo “relacional”. En el primero, el cosmos es manifestación directa del
ser mismo de Dios, de suerte que la acción creadora del universo es a la vez
acción creadora de Dios. En cambio, el panenteísmo “relacional”, para McDaniel,
permite al cosmos independencia creadora respecto a Dios, de modo que la
humanidad posee su propio poder creador.
Análogamente, Gregory R. Peterson (Universidad del Estado
de Dakota) habla de panenteísmo “débil” y panenteísmo “fuerte”. La versión
“débil” se refiere (solo) a la presencia de Dios en el universo, mientras que
la versión “fuerte” implica cierta identidad entre ambos.
Pero estas opciones resultan ser, sin embargo, elecciones superficiales a
la luz de las ocho facetas del lenguaje panenteísta que son (en gran medida)
comunes a los autores panenteístas más importantes y explicitan realmente el
“en”[23].
Estas facetas son: 1. El cosmos como cuerpo de Dios; 2. Lenguaje de “en y a
través de”; 3. El cosmos como sacramento; 4. Lenguaje de entrelazamiento
inextricable; 5. Dependencia de Dios respecto del Cosmos; 6. Valor intrínseco y positivo del cosmos; 7.
Pasibilidad divina; y 8. La Cristología
gradual. Estos rasgos son aplicables a modo de “test” a los teólogos para ver
si es posible calificarlos como panenteístas.
En definitiva: las personas de nivel intelectual universitario y
mentalidad interdisciplinar encontrarán en este volumen un arsenal intelectual
poderoso que puede reelaborar muchos de los paradigmas heredados de otras
filosofías. Un capítulo extenso con las notas y un índice biográfico de los
autores, completan el estudio. Resaltemos la cuidadosa y actualizada (para los
trabajos en español) del traductor, José Manuel
Lozano-Gotor.
[1] Ph. Clayton. “The
Panentheistic Turn in Christian Theology”. Dialog,
38 (1999), 289-293; Cfr. J.
Macquarrie, Stubborn Theological
Questions, SCM Press, Londres, 2003.
[2][2] J. D. Neil. Panentheism: a Gospel for To-Day? Tesis doctoral, Universidad de Exeter, 1973.
[3] Para los tratamientos modernos del panteísmo, cf. M. P.
Levine, Pantheism: A Non-Theistic Concept
of Deity. Routhledge,
London/New York, 1994.
[4] Cf. M. D. Hampson, Theology and Feminism. Basil Blackwell, Oxford/Cambridge
(Mass.), 1990, 132.
[5] Un ejemplo de esta
tendencia es la doctrina del “Dios finito”, expresión que fue adoptada, entre
otros, por H. G. Wells en la Primera Guerra Mundial durante su breve fase
teísta. Arthur
R. Peacocke, God and the New Biology, J.
M. Dent and Sons. London, 1986, 84-85,
observa que la “tradición autóctona” de Teología inmanentista en Gran Bretaña
puede ayudar a explicar por qué las ideas de Teilhard de Chardin y de Whitehead
tuvieron mayor repercusión en Estados Unidos.
[6] Ch. Harstshorne,
“Pantheism and Panentheism”, en Encyclopedia
of Religion, Macmillan, New York, 1987, 165-171.
[7] Krause utilizó el
término en una obra de 1829. Otros afirman que fue utilizada por F. Jacobi
(1743-1819)
[8] R. V. Orden, El
sistema de la filosofía de Krause: Génesis y desarrollo del panenteísmo. Publicaciones Universidad P.
Comillas, 1998.
[9] R. C. Whittemore, “Hegel as Panentheistic”, Tulane Studies in Philosophy, 9 (1960),
134-164.
[10] Ph. Clayton. The Problem of God in Modern Thought, Cambridge
2000, 150-151.
[11] Charles
Hartshorne (Kittanning, Pensilvania, 5
de junio de 1897 – Roma, Italia 9
de octubre de 2000) fue un prominente filósofo estadounidense que se dedicó principalmente a
la filosofía
de la religión y
a la metafísica.
Desarrolló la idea neoclásica de Dios y produjo una prueba de la existencia de Dios desde la lógica
modal a partir
del argumento ontológico de San
Anselmo. Hartshorne es también
conocido por aplicar la filosofía del proceso de Alfred North Whitehead a una teología del proceso.
[12] John Macquarrie, In Search of Deity: An Essay in Dialectical
Theism. The Glifford Lectures 1983-1984. A
Macquarrie se le considera el “patriarca” del panenteísmo británico.
[13] La teología del proceso (teísmo del proceso) es un tipo de teología desarrollada a partir de
la filosofía del
proceso de Alfred
North Whitehead (1861-1947)
, sobre todo por Charles
Hartshorne (1897-2000), John B. Cobb (n. 1925) y Eugene H. Peters (1929- 1983). La
teología del proceso y la filosofía del proceso se denominan colectivamente
"pensamiento del proceso". Tanto para Whitehead como para Hartshorne,
es un atributo esencial de Dios afectar y ser afectado por los procesos
temporales, contrariamente a las formas del teísmo que sostienen que Dios es en
todos los aspectos intemporal (eterno), inmutable ( inmutable ) y no afectado.
por el mundo ( impasible ). La teología del proceso no niega que Dios es en
algunos aspectos eterno (nunca morirá), inmutable (en el sentido de que Dios es
inmutablemente bueno) e impasible (en el sentido de que el aspecto eterno de
Dios no se ve afectado por la actualidad), pero contradice la visión clásica al
insistir en que Dios es en algunos aspectos temporal, mutable y pasible. Según
Cobb, "la teología del proceso puede referirse a todas las formas de
teología que enfatizan el evento, la ocurrencia o el devenir sobre la sustancia . En este sentido, la teología influenciada
por Hegel es
la teología del proceso tanto como la influenciada por Whitehead. Este uso del
término llama atención a las afinidades entre estas tradiciones por lo demás
bastante diferentes".También se puede incluir a Pierre Teilhard de Chardin entre los teólogos del proceso, incluso si
en general se entiende que se refieren a la escuela de Whitehead y de Hartshorne, donde continúan los debates en
curso dentro del campo sobre la naturaleza de Dios, la relación de Dios y el
mundo y la inmortalidad.
[15] Para el rechazo barthiano del
panenteísmo, K. Barth, Church Dogmatics,
The doctrine of God. Karl Barth (10 de mayo de
1886 - 10 de diciembre de 1968) fue un suizo Reformado teólogo quien es más conocido por su
comentario histórico La Epístola a los Romanos (1921) (también conocido como Romanos II),
su participación en el Confesión de la iglesia, y la autoría del Declaración de Barmen, y especialmente su resumen teológico
inacabado de cinco volúmenes, el Dogmática de la Iglesia (publicado en doce volúmenes
parciales entre 1932 y 1967). La influencia de Barth se expandió mucho más
allá del ámbito académico a la cultura dominante, lo que lo llevó a aparecer en
la portada de Hora el 20 de abril de 1962.
[16] Philip Clayton (nacido
en 1956) es un filósofo estadounidense contemporáneo de la religión y filósofo
de la ciencia. Su trabajo se centra en la intersección de la ciencia, la
ética y la sociedad. Actualmente ocupa la Cátedra Ingraham en la Escuela de Teología de Claremont y se desempeña como miembro de la facultad
afiliada en la
Universidad de Graduados de Claremont . Clayton
se especializa en filosofía de la ciencia , filosofía de la biología y filosofía de la religión , así como en teología comparada.
Como administrador en la educación superior, Clayton se desempeñó como Decano
de la Escuela de Teología de Claremont, y como Rector y Vicepresidente senior
de la Universidad Claremont Lincoln , que en ese momento era una universidad
interreligiosa. Fue investigador principal del proyecto Science and the Spiritual Quest de 1999 a 2003, en cuyo proyecto colaboró la Cátedra
Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas, siendo
director de la misma el profesor Javier Leach y en la que colaboraron, entre
otros, la Facultad de Teología de Granada. Dentro de las ciencias naturales, la
investigación de Philip Clayton se ha centrado en la dinámica emergente en
biología y en los correlatos neuronales de la
conciencia en la neurociencia. Ha
sido coautor o editor de varias publicaciones con físicos, químicos y biólogos,
analizando sistemas naturales emergentes y explorando su importancia para el
estudio de la religión. Trabaja en particular sobre las implicaciones
filosóficas y religiosas de la teoría de la emergencia. En este campo, sus libros
incluyen Mind and
Emergence: From Quantum to Consciousness y In Quest of
Freedom: The Emergence of Spirit in the Natural World . También fue editor de The Reemergence of Emergence. También ha publicado extensamente en el campo de
la ciencia y la religión, y se desempeñó como coeditor del Oxford
Handbook of Religion and Science .
Philip Clayton recibió un doctorado conjunto de Yale en filosofía de la ciencia
y filosofía de la religión. También ha ocupado diversas cátedras invitadas
en otras universidades, incluidas la Universidad de Munich, la Universidad de
Cambridge y la Universidad de Harvard. Como Fulbright Senior Fellow y
profesor Humboldt, estudió con Wolfhart Pannenberg en
Teología y en Filosofía con Dieter Henrich y Lorenz Puntel . Más
tarde coeditó el Festschrift
en inglés para Pannenberg y
tradujo el trabajo de
Pannenberg al inglés. Philip Clayton ha enseñado
en Haverford
College, Williams College y Sonoma State
University . Sus
cátedras internacionales incluyen India, Gran
Bretaña, Francia, y China. Habla y escribe extensamente
sobre temas en la intersección de la ciencia, la religión, la ética y la
política.
[17] Charles
Hartshorne (Kittanning, Pensilvania, 5
de junio de 1897 – Roma, Italia 9
de octubre de 2000) fue un prominente filósofo estadounidense que se dedicó principalmente a
la filosofía de la religión y a la metafísica. Desarrolló la idea neoclásica de Dios y produjo una prueba de la existencia de Dios desde la lógica
modal a partir
del argumento ontológico de San Anselmo. Hartshorne es también conocido por
aplicar la filosofía del proceso de Alfred North Whitehead a una teología
del proceso.
[18] John Macquarrie TD FBA (1919-2007) fue
un teólogo, filósofo y sacerdote anglicano nacido en Escocia . Fue autor de Principios
de teología cristiana (1966) y Jesucristo en el pensamiento
moderno (1991). Timothy Bradshaw, escribiendo en el Manual
de Teólogos Anglicanos, describió a Macquarrie como "sin duda el
teólogo sistemático más distinguido del anglicanismo en la segunda mitad del
siglo XX". Fue profesor de teología Lady Margaret en la Universidad de Oxford y canónigo
residente de Christ Church, Oxford , desde 1970 hasta 1986. Al jubilarse continuó
viviendo en Oxford y fue nombrado profesor emérito y
canónigo emérito. Desde 1996 había sido profesor Martin Heidegger de
Teología Filosófica en la Graduate Theological Foundation de Estados
Unidos .
[19] Arthur Robert Peacocke (1924-2006) fue bioquímico y Decano
del Clare College en la Universidad de Cambridge. Fue un pionero en la investigación de los principios
de la química física del ADN.En 1971, fue ordenado sacerdote en la Iglesia de Inglaterra y
en 1986 fundó la Society of Ordained Scientists (SOSc) para
hacer avanzar el desarrollo en el ámbito de la ciencia y la religión.Entre sus
principales publicaciones en este ámbito son Science and the Christian
Experiment (1971), que fue galardonado con el premio Lecomte du
Noüy, Creation and the World of Science (1979), que
estableció además su reputación internacional, Intimations of Reality:
Critical Realism in Science and Religion (1984), Theology for
a Scientific Age (1990, 2nd edition 1993, que incluye sus Gifford
Lectures de 1993), God and the
New Biology (1994), From DNA to DEAN: Reflections and
Explorations of a Priest-Scientist (1996), God and Science: A
Quest for Christianity Credibility (1996), y Paths from
Science Towards God: The End of All Our Exploring (2001).Fue
galardonado con el premio
Templeton en 2001. Ediciones en español: Peacocke, A. R.
(2008). Los caminos de la ciencia hacia Dios: el final de toda nuestra
exploración. Editorial Sal Terrae. ISBN 978-84-293-1750-3.
[20] F. L. Cross y E. A,
Livingstone (editors) The Oxford Dictionary
of the Christian Church. Oxford University Press,
1997, 1213; la definición prosigue caracterizando la diferencia entre el panenteísmo
y el panteísmo como la imposibilidad de que el Dios panenteísta se “agote” en
el universo.
[21] Ver J.C. Polkinghorne, Faith, Science and Understanding. 2008, SPCK, Londres, pág.
91. https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/?p=5946 ; https://revistas.comillas.edu/index.php/pensamiento/article/view/60
[22] Para los diversos tipos de panenteísmo, ver: W. M.
Thompson, The Jesus Debate. Paulist, 1985, 370-371; N.
Frankenberry, “Classical Theism, Panentheism and Pantheism: On the relation
between God Construction and Gender Construction” Zygon, 28 (1993) 29-46. D. A. Dombrowski,
“Classical Theism, Pantheism and Panentheism”. Cithara, 36/1 (1996) 22-33.
[23] Un aspecto del lenguaje panenteísta que reproduce más que
explica el “en” en la conjugación de los polos “trascendencia” e “inmanencia” como
“trascendencia en (o dentro de) la inmanencia”: cfr L. Boff, Ecología: grito de la Tierra grito de los
pobres. Trotta,
Madrid, 2011, 153; A. R. Peacocke, Creation
and the World of Science. The Bampton Lectures, 1978, Clarendon, Oxford, 1979. 139-140.
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